jueves, 27 de septiembre de 2012

y llego el otoño







Hoy es el primer día de otoño, y es de verdad un día de otoño: ¡Hay nubes!, desde que nos levantamos estamos viendo pasar grandes nubes que atraviesan a gran velocidad nuestro pequeño valle, desapareciendo camino de Guadalcanal.

Este largo verano nos ha dejado la monotonía del calor y la sequía, con el contrapunto de las maravillosas noches con un firmamento con una inmensidad de estrellas. La huerta dio todo lo que pudo que fue mucho y pronto, y que ha quedado en los botes de conservas: pisto,
judías verdes con tomate, paté de berenjenas, mermelada de ciruelas ..., como una imagen vale mas que cien palabras, aquí os presentamos nuestra “alacena”.
Acabamos de recoger la uva, no se de donde pueden las viñas sacar los cuatrocientos litros de mosto que hemos cosechado, y los otros cuatrocientos que hemos compartido con los pájaros.
El ganado echa de menos comer verde, las cabras, que son atletas, se cuelan a la huerta saltándose la cerca y “rebañan” las hojas de los árboles hasta donde son capaces de llegar.
A la cerda que parió este mes de agosto, le tuvimos que poner un ventilador dentro de la zahúrda, después han seguido naciendo otras dos camadas y ya hay quince lechoncitos correteando; y hoy, con el otoño, han nacido otros ocho.
Los árboles de aquí tienen la sabiduría genética de, durante el verano, cerrarse en banda a cualquier pérdida
de agua, no crecen, no engordan las bellotas, no hacen fotosíntesis, ¿no respiran casi?, pero superviven. Árboles, animales y personas esperamos con urgencia el otoño; hoy nos parece que está llegando, que nos promete lluvia, y estamos felices.